martes, 22 de diciembre de 2009

Oscuridad

Ceci quizás se acuerde...






Si hay un lugar donde es más fácil ver lo que somos, ése lugar es la oscuridad. Y suena contradictorio, ver donde no se ve. Pero para descubrirnos hace falta cerrar los ojos, hay que callar la boca y las orejas que siempre están diciendo y presumiendo. Un espejo sólo muestra la forma de la piel, piel que envuelve carne y un montón de huesos. Los ojos no pueden descubrir nuestra realidad, a lo sumo la pueden padecer. Estúpidos ojos, inútiles ojos, ahora que todo es oscuro y que siento que soy más yo que antes, cuando mi sombra me perseguía por todos lados, mutando en monstruosas figuras sin sentido, en miedos cercanos pero sin contacto; miedos tangibles, miedos que se reflejan en mis ojos.
Y ésta no es la soledad. éste no es el lugar donde nada parece tener sentido, donde parecemos una ausencia. Oscuridad que abre la mente para poder percibir lo que pasa del otro lado de la piel: en las profundidades donde viven las ideas, los deseos y los miedos.
Y el espejo que me mira mientras lo miro, la ausencia al ver sólo una mirada que ni siquiera trata de aceptar lo que es. Estúpido espejo, inservible sombra. Tontos ojos...

Todo tan claro, todo tan oscuramente claro...