viernes, 18 de julio de 2014

Encuentro




Hay un mundo fuera del mundo, lejos del mundo, que no se rige por las leyes de éste mundo, que no sufre las injusticias de éste mundo, donde la libertad se encuentra dentro de sus fronteras, sin la necesidad de escaparse a otra realidad, a otro destino .
Ese mundo es fácil de encontrar, está ahí nomas, al alcance de la mano, delante de cada nariz. Pero claro, si te dijera que para ir a ese mundo no es necesario tener pasaporte ni otro tipo de identificación ––porque en ese mundo no importa ni quién sos ni lo que hayas hecho––, seguramente desconfiarías de la realidad de ese mundo. Y si además te dijera que para llegar hasta ese mundo no hace falta viajar en ningún avión o barco o tren o colectivo o mover siquiera un solo dedo, seguramente me dirías que estoy loco. Es entonces que las puertas de ese mundo se cierran. Y acá estamos reclamando libertad a partir de la desconfianza, al borde de la locura, sin saber para dónde salir corriendo.