Nuestros pasos en un almanaque
nuestras caras en un marco de trece por dieciocho
nuestras voces que sólo hablan si se encuentran,
que caminan calladas pensando en algo que ahora que se hablan no recuerdan.
Nuestros sueños en unos pocos bites
nuestros ideales en unos cuantos chorros de tinta
nuestros borradores en hojas amarillas,
que se acumulan con el polvo y la humedad que también es nuestra.
Nuestros algoritmos para desenterrar los sentimientos de los demás
nuestras risas que se contagian y se desvanecen más rápido en invierno
nuestros vasos que nunca están vacíos pero que jamás se van a desbordar.
Nuestras billeteras con algún agujerito, nuestros jeans con los bolsillos rotos,
nuestros cafés con leche en todo momento, nuestros mates sobre el pasto de alguna plaza.
Nuestras calles que no son nuestras, nuestros miedos que no enfrentamos porque los necesitamos,
nuestros errores para tratar de hacer las cosas bien.
Nuestras noches para escapar, nuestros días para respirar.
gracias :)
ResponderEliminara mí me sucede muchas veces lo mismo, hay rinconcitos que sigo leyendo (como es tu caso) pero a veces prefiero dejar que pase el aire, el silencio, y no se cuele ninguna palabra de más que intente deformar ese instante donde algo mágico queda entre las palabras.
me encanta lo de nuestros miedos, que necesitamos, me encanta, tengo un texto que habla sobre todo eso que alquilamos como 'nuestro' y en realidad no nos pertenece
en breve lo colgaré, a ver si te gusta
1 placer, como siempre
abrazo