A vos, que siempre esperás detrás de un mate lo que nunca va a venir...
Nos une el hemisferio izquierdo del reloj,
ya sea en un día que le cuesta empezar o una noche que recién se despierta.
De este lado de las verticales están las obligaciones,
que sólo son pasos que se acumulan,
que nunca son caminos.
Pero el hemisferio derecho del tiempo
que controla los silencios y el destino
siempre anda juntando cartas para hacer castillos
y ladrillos para encerrar sentimientos.
Las ausencias que sólo buscan presencias,
nunca intenciones de querer escapar,
nunca deseos de encontrar otra verdad.
Porque las verdades giran concéntricas
alrededor de una realidad
que no es mas que un punto
que no se comprende,
porque no hay lógica en las circunferencias,
ya sean estos círculos de los sueños
o estas parábolas que mueven relojes,
ya sea impaciencia que desploma el castillo
o consecuencias donde reviven las ilusiones.
en el fondo siempre acabamos barajando la vida entre espera y sueños..
ResponderEliminar1 abrazo