Ahí estás. Y mi instinto que quiere alcanzarte.
Empiezo a correr por calles que cambian de colores,
empiezo a esquivar rostros sin caras, sombras mutantes,
ruidos de voces que vienen de lejos, silencio de autos que levitan.
Vos caminas y to corro pero sos inalcanzable.
De apoco me acerco, tu espalda más grande, tu pelo más grande.
Te alcanzo. Te agarro para que sepas que estoy detrás tuyo
porque grito y no sale nada de mi voz, ni siquiera aire.
Despierto.
Tus ojos que por fin me ven pero yo no estoy.
Miro a mi alrededor.
Geometría estática, calles iguales, caras llenas de pasados, ruidos de autos.
Me pierdo en edificios, en multitudes, en café con leche en algún lugar.
Me pierdo mientras te busco, acá donde todo es tan sinónimo de ayer.
Vuelvo a donde empiezo todas las mañanas y a donde te pierdo todos los días.
Cierro los ojos
Despierto.
Todo es tan simple.
Ahí estás.
No quiero correr,
no quiero llegar al límite,
no quiero agarrarte para que sepas que estoy detrás tuyo
porque grito y no sale nada de mi voz, ni siquiera aire.
No quiero.
Pero ahí estás. Y mi instinto que quiere alcanzarte.
eres bestial, amigo.. tienes una navaja en los dedos que sabe arañar directamente el corazón
ResponderEliminarJajaja!
ResponderEliminarGracias por lo de "bestial". Me han dicho "bestia" pero por escribir.
esa mezcla de lo onírico con la impotencia del desamor...
ResponderEliminarexcelente!