Retrospectiva en un café
Una mañana,
una duda,
una creencia,
una sensación;
un indicio,
un intento,
un poema,
un temor.
Una guitarra,
una poesía,
una idea,
una realidad;
un cuestionamiento,
un acercamiento,
un ayer,
un hoy,
Una soledad,
una mujer,
una persona,
una solución;
un deseo,
un sueño,
un mañana,
un soñador.
Simple
Encerrado en mi poesía
esclavo de un sueño
rebelde de lo que no soy
centinela de tus besos;
mucho mas que una ilusión.
Interrupción
Como si hubiese tanta realidad para decir que todo es real,
como si tuviésemos tantas esperanzas para no dejar de creer.
Como si todo tuviese un sentido, al igual que un río…
un río… ¿río…?
No puedo seguir, todo quedo en un “río”.
¿Qué hago ahora si mi idea murió en la distracción?
Podría salir a jugar, pero no me dejan por ser adulto
podría estar con vos, pero estas lejos de esta mañana y su rumbo.
Podría leer algún libro, aunque no es el momento,
podría no hacer nada, pero no es lo que quiero ¡No quiero!
Podría sentarme a ver el amanecer…
mejor me dejo de dar vuelta en lo que podría hacer
y me pongo a escribir otra vez.
¿Por qué escribir?
¿Qué expreso?
¿Qué siento?
¿Qué digo?
¿Qué hay en mí?
¿Qué hay de diferente?
¿Qué hay de pensar, que de intentar?
No es actuar sin conocimiento,
es actuar con convicción.
Pero la convicción (por lo menos esta),
no deja ver la realidad.
Es una sombra moviéndose en la oscuridad
toda esta sensación
que parce un temor;
El otro lado de la convicción.
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