jueves, 19 de noviembre de 2009

Respuesta




No esperes la historia, hoy no hay palabras fuera de mí. No hace falta que conozcas mis pecados, no hace falta que te diga mis mentiras, porque en mí hay un poco de todos. Pero las palabras se me van otra vez (mirame, lo estoy haciendo). Pretendo encontrar las respuestas así, en la abstracción de escribir, algo así como una terapia de diván o hablarse cara a cara con el espejo. Pero no. Ni siquiera cerca de encontrar las respuestas. A lo sumo el consuelo de saber que la respuesta no cambia nada: mi ambivalencia es así, tus ojos son así y ni siquiera sé por qué escribo si no quiero, por qué enfrentarme a este lado de mi mente si ahora no hay historias, no hay rimas, ni siquiera una mentira en una estrofa que seguro a vos te gustaría.

No. Ni siquiera eso. Y mejor sería tirar todo a la basura virtual. Desea guardar los cambios: No. Y chau intento frustrado de querer encontrarme las soluciones. Y la psicóloga que no me entiende, el espejo que esta roto y todo esto que lo siento tan vacío, tan sin sentido.

El ritual de contarte todo lo que no sé vivir. Las historias que ahora me pregunto si me gustaría más vivirlas o escribirlas. Pero también es un poco así. También es un poco así asumir esta cobardía de no poder ser otra cara más del dado que gira y gira y no sabe parar. Pero también es la rebeldía, la fuerza, las ganas de no tener ganas de poner todas mis ganas en ésa estúpida figurita repetida de quienes pretenden de mi ser lo tan mejor, lo tan triste y tan mejor, lo tan triste que es mejor dentro de lo normal.

No. No soy así. Y por eso la mentira (quizá). La única manera de hacer la guerra de una manera pacífica, de evitar vidrios rotos y palabras que se gritan porque así es esto de la convivencia. Y deber ser por esto el juego, debe ser por esto que nadie me entiende, porque acá en esta habitación juego solo, solo porque otros ojos ya tratan de entender, tratan de modificar el reglamento tan psicológico que seguramente Freud lo espera con una solución.

No. Y lo repito. No a las ganas de apretar la crucecita de arriba y dejar en el olvido estas palabras. Porque yo también soy esto, todo esto que no tiene manera de encajar con las historias que ya conocés. También soy esto y es como que ya lo sabés. Es como que esto ya lo vivimos y ahora sonreís, mirás un poco algún punto en blanco y me decís lo que pensás.



4 comentarios:

  1. Honestidad brutal,
    que refleja las sombras de uno,
    esas que conviven junto a lo que nuestro entorno acepta.
    Somos todo eso ...en un mismo envase! Diana.

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  2. Muchas gracias, Diana... por el comentario y el mail.

    Un beso.

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  3. Excelentes letras. Me encanta lo que has escrito. El alma que hay en ello.

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  4. Muchas gracias, Angus... y sí, suelo dejar el alma (y más también en esto).

    Gracias por pasar.

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